En aquella estancia,
vacia y sola,
se hallaba envuelta entre cojines.
Enredada en sus pensamientos.
Ajena a todo lo demas.
Fuera el frio se hacia notar.
A traves de los cristales de sus ventanas,
distinguia escuchar el aire soplando con fuerza.
Parecia encolerizado.
Enfadado con todo y todos.
Golpeaba cruelmente contra mí,
y mi tranquilidad interior.
Como si quisiera ahuyentar mis pensamientos.
Mis dudas y preguntas.
"Sopla",
pensaba ella desde el calor de su comedor.
El fuego de la chimenea hacia latente,
una temperatura,
que en nada se parecia,
a lo que se dejaba entrever entre cristales.
Recostada en el divan,
contemplaba las chasquidos de la madera,
al ir ardiendo poco a poco.
Percibia el olor que se desprendia.
Inhalaba todos los aromas mezclados.
Era maravilloso impregnarse de ellos,
y dejar volar la imaginacion.
Relajar las tensiones,
relajar los musculos,
relajar el nerviosismo,
relajar la mente.
Empaparse de una buena lectura,
acompañada de tan magico ambiente,
era de las cosas que en soledad,
ella mas disfrutaba.
Era su manera de matar la espera,
hasta tú llegada.
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