Como añoro tus manos.
Como las recuerdo
recorriendo mi cuerpo desnudo.
Deslizandosen por él
dejando su huella impedecedera.
Pasa el tiempo
pero siguen igual de presentes.
Calidas y suaves.
Amables y morbosas.
Deliciosas caricias deseadas.
Ahí, medio adormilada,
las sentía como balsamo
recorriendo mi espalda.
Recorriendo mis piernas.
Recorriendo mi espiritu.
Las dejabas deslizar por mí,
con lividez y armonía.
Serenas pero dulces.
Poderosas pero sinceras.
Fuertes pero suaves.
Yo te sentía inquieto.
Como si te diera verguenza la situación.
Yo,asi recostada,
solo pensaba en que hacer.
Deseaba darme la vuelta
y decirte que estaba ahí.
Que te deseaba asi.
En ese momento.
Lo pensaba friamente,
y aunque en lo más profundo de mi ser,
deseaba volverme y darme a tí,
algo me paralizó.
Algo me contuvo.
Solo pensaba en que quizá
tu no deseabas
lo mismo que yo.
Que no significaba nada para tí.
Que estarias reacio a ello
y me asusté.
Opté por mi quietud.
Por estar quieta
en esa posición,
sin provocar nada.
Resignandome a perderte de nuevo.
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